Las revelaciones que cambiaron mi vida (parte 3)
Desde niña soy cuestionadora, ¿Por qué debo creer esto o lo otro? Siempre busqué las pruebas de todo lo que me enseñaran, cuestionándolo todo, es más, como me dijo mi ex compañera de la secundaria después de 25 años, "Montse, ¿te acuerdas qué incrédula eras?” Cierto, así era yo.
Desde niña soy cuestionadora, ¿Por qué debo creer esto o lo otro? Siempre busqué las pruebas de todo lo que me enseñaran, cuestionándolo todo, es más, como me dijo mi ex compañera de la secundaria después de 25 años, "Montse, ¿te acuerdas qué incrédula eras?” Cierto, así era yo.
Sin embargo entendí que esa energía existe porque las pruebas las tenía en mis propias experiencias, y de la misma manera que se entiende que la antena de televisión satelital puede transmitir su programación por ondas invisibles que la antena capta, es como pude creer en una energía suprema sin comprobaciones científicas.
Una cuestión de energía
Ahora sentimos que no vivimos en un universo material sino en un universo de energía dinámica.
Todo lo existente es un campo de energía sagrada que podemos sentir e intuir. Más aún, los seres humanos podemos proyectar nuestra energía concentrando la atención en la dirección deseada "donde se fija atención, fluye la energía", influyendo sobre otros sistemas de energía y aumentando el ritmo de las coincidencias en nuestras vidas.
Si alguna vez has tomado clases de yoga, sabes que esa forma de ver la vida no es nueva, tu cuerpo está vivo porque por él fluye energía.
Todo esto me recuerda a mi abuela materna, ella tenía un jardín precioso, a menudo sentía que lo quería más que a sus nietos, jeje! Muchas veces la vi regándolas con un cuidado más parecido al de una madre con su bebé que al de una mujer mayor con un vegetal, sus plantas parecían sentir ese amor y corresponderle con cada retoño, les hablaba, incluso les cantaba y esa energía era recíproca. ¿Alguna vez sentiste que te rebalsabas interiormente cuando captabas la atención de muchos? Tal vez se confundía con el miedo, la vergüenza, la excitación... o a la inversa, cuantas veces sentiste que por tristeza o cansancio te agotabas tanto que ya ni fuerzas para lamentarte y entonces cualquiera que se acercaba era como una luz interior que traía oxígeno y calidez. Emociones, sentimientos, energía...
Sin embargo entendí que esa energía existe porque las pruebas las tenía en mis propias experiencias, y de la misma manera que se entiende que la antena de televisión satelital puede transmitir su programación por ondas invisibles que la antena capta, es como pude creer en una energía suprema sin comprobaciones científicas.
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