Hoy es un día especial
Hace 18 años, me encontraba asustadísima en una sala de parto, sabía que ser madre era una responsabilidad enorme y con sólo 24 años me preocupaba mucho, la preocupación era tan grande que ensombrecía los demás sentimientos, además como las enfermeras asumieron que por el hecho de ser primeriza se iba a extender la dilatación, casi lo tengo sola en la sala de preparación, jeje! Ya en la sala de partos, médicos y asistentes se alertaron cuando obedientemente me subía a la camilla de partos, gritaron: “- NOO!!! Espera” y me subieron ellos… Mi primer hijo siempre está listo antes que los demás.
La preocupación y los apuros de los médicos no me permitieron vivir su nacimiento con plena conciencia y disfrutar del primer encuentro cara a cara con mi bebé. Sin embrago, ya que había pasado todo y listos para ir a una habitación a descansar, pusieron a mi recién nacido a mi lado, lo sostenía entre mi brazo izquierdo acercándolo a mi cuerpo, me sentía tan aturdida… Entonces se movió de la misma manera que lo hacía desde el quinto mes de gestación y entonces me despertó a la realidad, él era mi bebé, lo reconocí perfectamente y me colmó de paz y amor. Hoy recuerdo ése momento con cariño, siempre será un instante especial en mi vida, me gustaría poder abrazarlo ahora mismo, aunque sea por un instante, uno de esos que colman toda la vida, y sentir la reciprocidad de esa caricia como ése 24 de agosto de 1992.
Pero sé que no es posible y no quiero deprimirme por eso, la vida está llena de matices y colores, como bien me dijo una buena amiga y todos valen la pena y la alegría de ser vividos. Mi hijo cambió por completo mi orden de prioridades en la vida y aunque a veces somos tan distintos y aunque estamos tan distanciados, quiero vivir este día como un día especial. Siempre estás presente en mi corazón Xavier. Gracias por ser parte de mi vida, te quiero mucho rey, MUY FELIZ CUMPLEÑOS!!!
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